quinta-feira, 1 de março de 2012

Nepal. Pokhara: el lago sagrado





En esta ciudad nepalí todo adquiere un carácter mágico, tranquilo, que nace de su gran emblema: el divino lago Phewa a la sombra de los Annapurnas.

Texto | Fotos: Javier Brandoli Nepal ELMUNDO.ES

La ciudad nepalí de Pokhara es punto de encuentro de viajeros y montañeros. Troupe de mochileros que se divide entre los que se perderán durante algunos días por las maravillosas cumbres de los Annapurnas y los que buscan en este apartado rincón del planeta la espiritualidad de sus templos y sus paisajes de acuarela.
Para llegar a Pokhara hay que atravesar los poco más de 200 kilómetros que la separan de la capital del país, Katmandú. Todo el camino es una constante explosión natural. Es un privilegio podercontemplar la silueta del Himalaya, los ríos que llevan el agua salvaje del deshielo de las cumbres más altas del globo, la ropa secándose al sol junto a las aguas, los puestos de venta de fruta o los pequeños poblados de campesinos que se afanan en trabajar en sus infinitos arrozales.
Una vez llegados a Pokhara, la ciudad crece desde las orillas del lago hacia las montañas. Es junto a las aguas del Phewa donde es más factible encontrar los alojamientos y restaurantes en los que hacer base, bien sea para emprender los trekking que llevan a los Annapurnas o para conocer la comarca. De hecho, el lago tiene un halo espiritual que atrapa cuando se contemplan las pequeñas barcas que cruzan hasta un islote que nace en su corazón. Allí está el sagrado templo de Barahi, una pagoda a la que los nepalíes acuden a rezar y hacer ofrendas. La estampa que se contempla, con ese ir y venir de las barcas, sobrecoge.
Los templos del casco antiguo
El casco antiguo de una ciudad, Old Pokhara, creada en el siglo XVII, posee algunos interesantes templos, como el de Bindyabasini o el de Bhimsen, famoso por sustallas eróticas. «Casi nadie viene a Pokhara, los turistas que vienen a Nepal se quedan la mayoría en la capital y los alrededores», dicen los locales con mezcla de pena y orgullo. Lo cierto es que este lugar cuenta, sin embargo, con un entorno natural mucho más impactante que el de las históricas y preciosas tres urbes nepalíes declaradas Patrimonio de la Humanidad.
Uno de esos lugares especiales que rodea a la ciudad es laPagoda de la Paz Mundial, un templo financiado por budistas japoneses en donde se respira paz y espiritualidad. Justo en la otra vertiente de la ciudad hay otro mirador que cuelga del cielo, Sarangkot. Hay que subir cientos de escalones desperdigados por una montaña, atravesando pequeños poblados rurales para acabar tocando casi con las manos los picos de los Annapurnas, nevados y cercanos.
Pokhara ofrece la mezcla de gentes. Allí coinciden miles de refugiados tibetanos; tres etnias autóctonas nepalíes: newars, magars y thakalis; una importante colonia china e india y toda una amalgama de viajeros llegados de todo el planeta con un espíritu abierto. Si se ha llegado a Pokhara es porque se va buscando aventura, la mayoría no llega hasta allí.
http://www.ocholeguas.com/2012/01/03/asia/1325593556.html

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